Esta es la primera entrada de alguien muy especial. El guitarrista silencioso nos visitará una vez al mes con sus reflexiones sobre libros, música, cine o de la vida en general. Comprobaréis que es un escritor excepcional con una gran sensibilidad y espero que os enamore con sus palabras y sus conocimientos. Sin más, os dejo con él.
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Tengo que confesaros una cosa. Siempre he creído que lo
verdaderamente importante en la vida es hacer algo, no importa el qué. A esa
conclusión llegué después de darme cuenta de que cuando uno se dedica a hacer
algo poniendo todo su esfuerzo, acaba amándolo, porque termina adquiriendo
habilidad para ello, acaba entendiéndolo y encuentra satisfacción en su
desempeño. No importa que al principio esa actividad resulte desagradable, porque
muchas veces es la ignorancia de las cosas la que nos llena de prejuicios, y
solo cuando las experimentamos llegamos a apreciarlas.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la inevitable
adquisición de experiencia que conlleva, estoy empezando a cambiar esa manera
de ver las cosas. El libro del que hoy quiero hablaros ha contribuido a ello.
Porque es cierto que, por encima de cualquier otra actividad, siempre hay algo
que anhelamos hacer, algo para lo que estamos hechos y que procede directamente
del corazón. Podemos llamarlo talento o vocación, pero está ahí. Y solo cuando
somos coherentes con nosotros mismos y seguimos esa llamada, solo entonces,
logramos estar en armonía con nosotros mismos y con el mundo. Solo entonces
podemos llegar a la excelencia y ofrecer al mundo algo único y especial. Bajo
este punto de vista, el “qué” pasa al primer plano. “Qué” hacer con tu vida es
crítico para tu felicidad. No basta con hacer cualquier cosa, debes hacer eso
que sientes en lo más profundo de tu ser.
El libro del que os hablo se llama “The War of Art”, escrito
por el autor norteamericano Steven Pressfield, más conocido quizás por obras
como “La Leyenda de Bagger Vance”, y seguro que muchos de vosotros ya lo habéis
leído. Si es así, ya sabréis lo extraordinariamente motivante e inspirador que
es. Si no lo habéis hecho, ya estáis tardando. Eso sí, hacedlo por favor en su
versión original (inglés), porque según las críticas a la versión traducida,
ésta deja bastante que desear. Es un ensayo escrito desde el punto de vista del
arte, pero sus principios pueden aplicarse a cualquier aspecto importante de la
vida, ya que es un misil directo a la línea de flotación de la procrastinación,
el miedo al rechazo, a la crítica y al fracaso, el miedo a ser lo que queremos
ser aun a riesgo de decepcionar a los demás.
Steven Pressfield sostiene que el precio de despreciar
nuestro don particular es demasiado elevado. En su opinión, muchos de los males
de la Humanidad desaparecerían si cada persona desarrollara ese talento con el
que ha sido dotada, entre ellos muchas enfermedades, las guerras y el fundamentalismo.
A algunos os parecerá algo exagerado, pero yo comparto su opinión. Si no tienes
en cuenta tus sueños, no solo te dañas a ti mismo, sino también a las personas
que te rodean y al mundo en general, privándole de todo lo que tienes para dar.
Resumiendo un poco por encima, el libro se estructura en 3
partes:
En la primera parte, el autor se centra en lo que él mismo
denomina “Resistencia”, una fuerza oscura cuyo objetivo es impedirnos trabajar
en lo que amamos y que no explotemos todo nuestro potencial, valiéndose de
nuestros miedos más íntimos y
desviándonos de nuestro camino. Citando textualmente al autor:
Se trata de algo innato en todos los seres humanos y cuanto
más importante para nosotros y nuestro desarrollo sea esa actividad que
necesitamos realizar, más Resistencia experimentaremos. Es, por ejemplo, lo que
experimenta la escritora novel que pospone un día sí y otro también la
redacción de esa trilogía que la llevaría a la fama; el pintor que siente que
nada de lo que hace vale realmente la pena; el estudiante que se deja todo el
temario para el último día; esos vanos intentos de practicar ejercicio y cuidar
nuestra alimentación que todos hemos sufrido alguna vez, etc.
La Resistencia es la responsable de que tu vida se quede
estancada, de que las cosas sigan siendo como son, de que no vivas esa vida que
podrías vivir. Es un enemigo temible e implacable, que se alimenta del miedo y
que se hace más poderoso a medida que nos acercamos a nuestros sueños.
La segunda parte del libro está dedicada a cómo debemos
actuar para vencer esa Resistencia. En palabras del autor, esto se consigue actuando
como un profesional. Es decir, con disciplina, día a día, metro a metro, separando
sus logros de sí mismo, evitando las excusas. Hazlo todos los días, dando todo
lo que tienes dentro. No te distraigas con lo urgente, no malgastes tu tiempo y
tu energía consumiendo lo que las agencias de publicidad te dictan. Todo lo que
tienes que hacer es poner tu esfuerzo y tu amor en lo que haces. La inspiración
y la creatividad llegarán. Cuando el artista se sienta y hace su trabajo, el
poder se concentra en torno a él y, de la misma manera que un imán atrae
pequeños fragmentos de hierro, las ideas acuden a su mente. Es decir, la creatividad
y la inspiración llegan como consecuencia del trabajo. Las Musas están
continuamente susurrando en nuestro oído, pero solo las oiremos si estamos
concentrados en nuestro trabajo. De esto trata la tercera y última parte del
libro.
El más hermoso de los argumentos del autor es que el artista
obtiene satisfacción de su propio trabajo. Es como un guerrero que está
dispuesto a dar la vida en el campo de batalla. La validación procede de sí
mismo, no del público ni de la crítica. El artista es un profesional y no se
identifica con su obra. Por tanto no se siente despreciado ante una crítica
negativa, así como tampoco encumbrado ante una positiva. Él hace su trabajo,
sin esperar nada a cambio. Steven Pressfield tardó años en dedicarse a su
verdadera pasión, la escritura. Durante esos años su vida era un caos de
desolación y pasos en falso. Cuando por fin encontró las agallas para seguir a
su corazón y escribir su primera obra, pasaron diez años más hasta que obtuvo
la primera crítica sobre algo que escribió, y diez más antes de que una novela
suya, “La Leyenda de Bagger Vance”, fuera realmente publicada. Si eres
escritor, puede que nunca llegues a escribir un best-seller. Pero qué carajo
importa eso. Lo importante es que eres lo que quieres ser y estás donde tienes
que estar, expuesto, batallando, en la arena.
Espero que este humilde y torpe intento de despertarte la
curiosidad tenga algún efecto y decidas leer el libro, si es que no lo has
hecho ya. Te aseguro que te gustará mucho y te hará reflexionar. Te emocionará,
ya que respira belleza y verdad por los cuatro costados.
P. D.: ¡Por favor, comentad y dejad vuestras reflexiones! Serán bienvenidas y seguro que muy interesantes.
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